Nieves Herrero revive el "affaire" más oculto del franquismo

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Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol, vivió con el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, el "affaire" más ocultado de la posguerra, una fuerte pasión extramatrimonial "en tiempos convulsos", cuya protagonista "atrapó" a Nieves Herrero, que revive a este personaje en su primera novela histórica.

"Me atrapó ella, no la elegí", asegura la periodista y escritora madrileña en una entrevista con Efe en la que describe la fuerte personalidad de la mujer que protagoniza la novela "Lo que escondían sus ojos", publicada por La Esfera de los Libros.

Una mujer que, en la gris España de los años cuarenta y lejos de las penurias y el hambre de las cartillas de racionamiento, deslumbraba dentro de la "sociedad", como entonces gustaba denominarse la clase alta.

Sonsoles de Icaza era una joven culta, elegante y bella, convertida en aristócrata tras haberse casado con el marqués de Llanzol, que le doblaba la edad.

Desde su primer encuentro con Ramón Serrano Suñer, entonces poderosísimo ministro de Asuntos Exteriores y cuñado de Franco (estaba casado con Zita Polo, la hermana pequeña de Carmen Polo), se fraguó una pasión entre ambos de la que nació una hija, Carmen Díez de Rivera, figura de enorme trascendencia durante la Transición y a la que su padre nunca reconoció legalmente.

El secreto sobre la identidad de su padre se prolongó demasiado para Carmen Díez de Rivera, que se enamoró del hijo de Ramón Serrano Suñer sin saber que era su hermanastro.

"¿Cómo nos dejaron llegar tan lejos? ¿Cómo nadie lo paró antes?" se pregunta Carmen Díaz de Rivera en el capítulo con que Nieves Herrero comienza su novela retomando así a través de los recuerdos de la hija la historia de amor de su madre, que escandalizó a la sociedad de la época.

Nieves Herrero buscaba un personaje apasionado y todos los caminos le llevaban a Sonsoles, protagonista de una historia real pero cuya vida, indica, fue digna de ser el argumento de una novela.

La principal dificultad que la autora encontró fue "la cantidad de tierra que se había echado encima" de esta historia que se conoció "de puntillas" y para cuya reconstrucción ha tenido que realizar numerosas entrevistas.

"Fue una relación oculta hasta el nacimiento de Carmen aunque ella ha contado que cuando a su madre le preguntaban directamente no lo negaba", dice la periodista, que explica cómo el romance se conocía "en el mundillo de la 'sociedad' pero no llegó al resto de la población".

Herrero también ha llevado a cabo una larga labor de documentación para situar la pasión que vivieron sus protagonistas en la vorágine política de la época: España estaba "en un tris" de entrar en la Segunda Guerra Mundial y en ese escenario Serrano jugó un papel fundamental como "uno de los hombres más inteligentes" del Gobierno de Franco.

Aunque era un ferviente germanófilo, vio que no era momento para que España se sumara a la guerra mundial, recuerda la periodista, que encuadra el romance en las difíciles relaciones exteriores de la España franquista que dirigía Serrano Suñer y que le crearon múltiples enemigos.

Enemistades desde Falange, las embajadas y el propio Gobierno que distanciaron a Serrano Suñer de Franco, de tal forma que el nacimiento de la hija fruto de la relación con Sonsoles de Icaza fue "la gota que colmó el vaso", señala Nieves Herrero: el 29 de agosto de 1942 nació Carmen y el 3 de septiembre fue cesado como ministro de Asuntos Exteriores.

También en este distanciamiento, relata Nieves Herrero, tuvo un papel determinante Carmen Polo, celosa de la "sombra" que su cuñado podía hacer a su marido.

En esta sociedad que vivía de espaldas a las penurias del resto de los españoles y como un gran amigo y confidente de Sonsoles de Icaza aparece el modisto Balenciaga, cuyos diseños vestían a la marquesa hasta para dormir, indica la autora, que pone como ejemplo de esta "fidelidad" los 400 vestidos de la marquesa que alberga el Museo Balenciaga.

Una forma de vida que la autora ha reconstruido a través de entrevistas al modisto Elio Berhanyer, que vistió también a la marquesa de Llanzol; a la condesa de Romanones, a la hija de Carmen de Icaza y a la del político Dionisio Ridruejo.

Conchita Márquez Piquer, hija de la estrella Concha Piquer, a la que se relacionó con Serrano Suñer, o la fallecida Sara Montiel, son otros testigos o descendientes de personajes que vivieron esa época con los que la autora ha contado para esta novela.