Faemino y Cansado aseguran 23 carcajadas en "¡Como en casa ni hablar!"

Faemino y Cansado
Faemino y Cansado |TM

¿Pagaría si le aseguraran que, en 90 minutos, va a reirse a carcajadas en 23 ocasiones? Esto es lo que Faemino y Cansado, una de las parejas cómicas más hilarantes de nuestro país, se ha propuesto conseguir en su último espectáculo: "¡Como en casa ni hablar!".

"El ratio sería una carcajada cada cuatro minutos, no es mucho. Alardeamos de que, con el precio de la entrada, nosotros ofrecemos 23 carcajadas, pero si el público se quiere reír más, allá ellos. Aseguramos que hay 23 momentos que son 23 eclosiones de humor", ha contado a Efe Javier Cansado, mientras que su compañero Carlos Faemino le interrumpe.

Y lo hace para puntualizar que, en el caso de que los espectadores se pasen de las 23 carcajadas, "no se admitirán reclamaciones".

El porqué de este particular cálculo no es un hecho baladí como, sin sorna alguna, lo hace saber Cansado, ya que el madrileño reconoce que está seguro de esta cifra debido a su experiencia como cómico, a la "pura estadística", y al hecho de considerarse un "entomólogo del humor".

"¡Como en casa ni hablar!", que se estrenó el martes en el madrileño teatro Cofidis, y permanecerá en cartelera todos los martes hasta finales de febrero, el espectador asiste a un espectáculo "novísimo", en cuanto a "innovación", confiesan sin abandonar ningún momento la tensión pura de la comedia que ellos dominan.

"Menos nosotros y las chaquetas, tirantes incluidos, todo será nuevo", ha aclarado Faemino, al tiempo que, como si de uno de sus "sketchs" se tratara, Cansado, con mirada cómplice, añade: "A la gente que nos conoce no le va a sorprender nada de lo que vea, pero sí de lo que oiga, porque lo que está escrito (el guión) es nuevo".

"Trabajamos con lo cotidiano y ahí está la actualidad. Lo que pasa es que lo ofrecemos con un punto de vista muy personal, el nuestro. Al que le atrae nuestra oferta disfruta, y el que no (se para en seco y sonríe con picardía haciendo saber que hasta aquí puede leer). Nosotros tenemos esta historia, a la gente le podemos gustar mucho o nada, y eso es muy sano", refuerza Faemino.

Sano, "siempre y cuando", aclara con carraspeo de garganta incluido Juan Cansado, "sean más" los que siguen a "Faemino y Cansado" que los que les "detestan".

Hablando de sus auténticos seguidores, esos que están junto a ellos desde hace más de 25 años, el dúo, poseedor del don de hacer de sus diálogos algo absurdo a la par que simple, reconoce ser "consciente" de que sus espectáculos son atemporales y se "entienden perfectamente" por mucho que pase el tiempo.

"El público que nos viene a ver, fundamentalmente es el que ha crecido con nosotros. Lo que pasa es que tenemos la fortuna de que, sin hacer televisión desde hace tiempo, que es lo que realmente te da la fama, hay gente joven que nos conoce gracias a estar en internet. Si no es por esto no tendríamos acceso a esa gente, ¿cómo van a saber que existimos si han pasado 27 años?", ha resaltado Cansado.

Por su parte, para Faemino esta "intemporalidad" que internet les proporciona, y que juega a su favor, hace también que se "sorprendan" gratamente. "Como internet es un poco viral, de repente hay gente joven que dice: '¡mira a "esto dos!', y así llegamos a distintas generaciones", exclama sin perder en ningún momento la bis cómica que reina durante la entrevista.

Ambos madrileños son "conscientes" también de que España "no ha soltado nunca" el humor, pese a que "tendría motivos para hacerlo". Sin embargo, Faemino se lamenta con más rotundidad, de que a su "trabajo", el de "hacer reír", no se le de "ningún valor" en nuestro país.

"Al final, cuando nos ven, todos acaban diciendo que lo que hacemos lo puede hacer cualquiera. Parece que todos llevamos un humorista dentro, siempre y cuando la broma vaya con otros, no con uno mismo", ha afirmado, mientras con la mirada busca la complicidad de su compañero.

Con humor o no, con ganas de reirse o no, lo que Faemino y Cansado pretenden con este espectáculo, ahora sí, sin bromas, es además de sacar sonrisas al ritmo de sus palabras, hacer que los espectadores salgan del escenario siendo "mejores personas" que "encuentran el sentido de la vida".