Boadella: "Dejo los Teatros del Canal para recuperar mi asilvestramiento"

  • "Ahora recupero la libertad, pero no porque no la haya tenido dirigiendo estos teatros"
  • "Me tiro por la borda del trasatlántico. Ya se sabrá de mi viaje o de mi naufragio"
Albert Boadella
Albert Boadella |Telemadrid

Albert Boadella (Barcelona, 1943) deja este jueves los teatros del Canal, el espacio que dirige desde su fundación, hace ocho años, y lo hace porque quiere "nadar solito" y recuperar el "asilvestramiento" y "desobediencia" que, dice en una entrevista con Efe, es su marca de la casa.

"Me tiro por la borda del trasatlántico. Ya se sabrá de mi viaje o de mi naufragio", asegura riéndose el gestor, autor, dramaturgo y actor, que ya anunció hace un año que solo renovaría por otro más en el Canal, "que ya era suficiente" y que quería dar paso "a otro u otra más guapo o guapa, joven e inteligente".

"SE DESPIDE CON LA NUEVA PROGRAMACIÓN

Deja, afirma, un teatro que ha alcanzado "velocidad de crucero, algo muy difícil de lograr pero fácil de desbaratar. Funciona divinamente, con una ocupación para sus más de cien producciones al año de casi un 90% y una clientela que sabe que siempre encontrará algo interesante".

El fundador de Els Joglars se despedirá presentando al mediodía de este jueves en la sede de los teatros, que pertenecen a la Comunidad de Madrid, la programación que ha diseñado para la próxima temporada, basada, adelanta, "en la experiencia y el equilibrio de música, lírica, danza y teatro".

Lleva desde 2008 en el coliseo que el inauguró firmando su renovación de año en año para no "agobiarse" pero, confiesa, nunca se ha sentido así: "Ha sido fantástico y espero que mi sucesora o sucesor siga en esa línea, es decir, que el criterio artístico predomine por encima de todo".

RECONOCE UN TRATO CORRECTO CON LOS TRES ÚLTIMOS PRESIDENTES

"Lo esencial es que busque expresiones artísticas del máximo nivel. Tendrá que vigilar que el presupuesto y la estructura económica funcione según lo acordado y lograr que los políticos tengan claro que tienen que andarse con mucho cuidado con los artistas y que no tienen que ser los programadores".

Él ha tenido, dice, "un trato correcto" con los "los tres presidentes" -Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes- porque han sido siempre "enormemente respetuosos con la libertad de los artistas".

"Ahora recupero la libertad, pero no porque no la haya tenido dirigiendo estos teatros. La he tenido y la he desarrollado con creces y puedo decir que los Teatros del Canal han sido la casa de la libertad, pero yo hablo de mi libertad individual como artista", precisa.

Durante ocho años, confiesa, él, que es "de natural desobediente y asilvestrado", ha hecho "un esfuerzo personal de civismo para no perjudicar nunca la confianza" que le han "otorgado" en su "dimensión pública". "Me he pegado un tiempo extraordinario porque ha sido muy emocionante levantar los teatros de la nada y lo recordaré el tiempo que me quede de vida pero creo he estado suficiente tiempo en la gestión pública", insiste.

SEGUIRÁ VINCULADO A SU "CASA DE MADRID"

Estará vinculado a ellos, su "casa de Madrid", de forma "sencilla y natural" y así al Don Carlo que dirigirá en julio en El Escorial se le sumará en febrero "El sermón del bufón", una obra "entre didáctica y teatral" sobre su vida personal y artística. Después, adelanta, llegará una ópera sobre Picasso, con libreto y dirección suya, coproducida por el Canal y el Real y "quizá" algún teatro más.

El Canal, subraya, tiene "una personalidad insólita dentro de los teatros públicos europeos, solo parecido en algo al Barbican de Londres, porque lo normal es que sean de autor, es decir, colocan a un director y se hacen las cosas de su gusto personal".

Una de las cosas de las que más orgulloso se siente es de que ha contado con un equipo "formidable", "de nueva planta, sin vicios del pasado", y de haber convertido el Canal "en el teatro de la danza de Madrid", algo que se "necesitaba" porque no hay ningún otro que le de tanta importancia y haya logrado "un nivel tan alto".

No tiene "ni idea" de quién ni cómo le sustituirán pero "intuye" que, al igual que sucedió con él, "no será por concurso público": "los políticos deben mojarse", argumenta.

"Salgo de aquí por la puerta grande y con muchas ganas de escribir artículos en los medios, políticos y artísticos, y ahora no tenía tiempo. Necesito crear cosas de teatro, libertad absoluta en lo personal, en lo artístico, en todo, porque un artista es un hombre que nada contracorriente, lejos de los tabúes y mitos que contaminan más a mi gremio".