Alex Katz, maestro del pop, en Madrid

El pintor neyorquino Alex Katz ha venido a Madrid para inaugurar su nueva exposición, que reúne algunos de los últimos cuadros de este precursor del arte pop. La muestra se titula 'Red hat', sombrero rojo, y la podremos ver en la Galería Javier López hasta el próximo 12 de junio.

Se considera un adelantado a su tiempo, razón por la cual su pintura ha tardado en ser reconocida por la crítica. Ahora, con exposiciones en Madrid, París, Viena y Londres, el artista estadounidense Alex Katz vive su momento más dulce.

"Por fin se están poniendo a la par mía", bromeó este creador, considerado uno de los padres del pop, durante una entrevista realizada poco después de llegar a Madrid para asistir a la exposición que le dedica la Galería Javier López.

Las flexiones diarias, los paseos y la natación, así como su mirada inquieta e inteligente, hacen que Katz, que en julio cumplirá 87 años, parezca mucho más joven.

Siempre acompañado de su mujer y modelo, con la que comparte su vida desde hace más de sesenta años, el artista ha querido apoyar con su presencia la exposición "Red Hat", agradeciendo así a Javier López que haya sido uno de los galeristas que le ha apoyado desde hace muchos años.

Los amplios espacios de la galería exhiben una serie de retratos femeninos, que conforman algunas de sus últimas obras, que, ataviados con grandes sombreros rojos, se asoman a los grandes ventanales.

El motivo del sombrero como hilo conductor es muy sencillo. "este verano hice un retrato y me gustó tanto que decidí hacer toda una serie", comentó el artista que alterna su trabajo en series con el de obras individuales.

"Quizá durante los últimos cinco años he trabajado más en series. Me interesa realizar una imagen y cuando estoy satisfecho de ella, experimentar sobre el partido que le puedo sacar; a partir de una obra desarrollar una serie. Cuando llego a un punto que me es aburrido, dejo la serie", afirmó.

Aunque con retraso, Katz está considerado como uno de los artistas más destacados del panorama internacional, pero esto no impide que hable de su obra con gran sencillez.

"Me interesa lo que es bello, lo que tiene sentido para mi y no voy más allá", reconoce este creador que defiende que la pintura nunca morirá. "Hay un proceso del propio arte contemporáneo en el que cada diez años la pintura vuelve como protagonista".

REALISMO CULTURAL

En lo que no pone reparos es en considerar que los críticos han tardado mucho tiempo en reconocer y valorar su obra. "Por fin se están poniendo a la par mía. El reconocimiento que me debería haber llegado antes por fin está llegando".

Cree que está tardanza se ha debido a que a pesar de su carácter amable, su trabajo es "extremadamente agresivo y tiene estilo propio. "Si el que lo observa defiende el realismo, no le gusta mi trabajo porque consideran que no es realismo puro, pero si el que habla defiende lo abstracto, tampoco le gusta mi obra".

Defiende que por primera vez en la historia él pintó un realismo con un estilo "propio e inamovible" con el que ha intentado reescribir la realidad.

"En 1975 había veces que la gente que iba a contemplar mi obra en las galerías chillaba y decía que mandaran al artista a una escuela de bellas artes. Yo me sentía aturdido porque no eran temas de controversia sino mujeres guapas, temas agradables, paisajes sencillos, ambientes agradables. No entendía por qué la gente reaccionaba así".

Sin embargo, recuerda, los galeristas le apoyaban porque "precisamente ese era uno de los motivos por los que organizaban mis exposiciones, para crear esa reacción".

Bellas mujeres, ambientes mundanos y glamurosos, escenas de playa, bailes, Alex Katz refleja una realidad amable que considera no es menos real que la que muestra ambientes más sórdidos.

"Durante el siglo XIX la idea que se tenia de realismo no era una idea bonita, la realidad no era agradable. Por eso en mi forma de trabajar hay algo romántico", afirma y defiende que siempre le ha gustado mucho la historia de "Los Miserables" esa desesperación "que hace que robes pan y vayas a la cárcel por ello".

Pero esa realidad "no es más real que una coreografía de Fred Fred Astaire y Ginger Rogers. La gente piensa que lo real es lo que ve con los ojos, pero el realismo es algo cultural. Es una cuestión cultural que cambia cada veinte años".

Por ello, "cuando tu te adelantas veinte años a tu tiempo entonces tienes problemas y es lo que me ocurrió a mi. En mi época era un adelantado y estaba contando una realidad que la gente no comprendía".

Aunque ha pasado por momentos menos prolíficos, durante el último año ha producido bastante y, además, se muestra contento con el trabajo que ha hecho. "Los pintores muy buenos se hacen mejores con los años y por eso continuo produciendo. Este año he hecho muchas piezas y muy buenas".