Aciaga tarde de toros en Las Ventas

  • Toros con escasas fuerzas y el viento racheado marcó la segunda corrida de la feria

La mala combinación de una corrida de toros con escasas fuerzas y el molesto viento que sopló durante toda la tarde arruinó hoy el tercer festejo de la feria de San Isidro, en el que el diestro David Mora escuchó los tres avisos tras ser incapaz de dar muerte al quinto de la tarde. Triste, decepcionado y hasta con los ojos vidriosos se marchaba David Mora: "Me siento un fracasado en la plaza que me lo ha dado todo".

"Estoy muy jodido. No nos vamos a engañar. Lo que hoy me ha pasado no se lo deseo a nadie. Y más en Madrid. Mi plaza. Aquí he sufrido el peor momento de mi vida, cuando llegué a rozar la muerte, también el más bonito y grandioso después del triunfo del año pasado y ahora he padecido el fracaso más absoluto", reconocía al finalizar el festejo.

La feria de San Isidro no termina de despegar, pues, a pesar del éxito menor de Morenito de Aranda en la tarde del viernes, hoy se vivió una muy deslucida tarde de toros, en la que el escaso empuje de una noble pero afligida corrida de El Pilar se alió con un fuerte viento racheado para hacer casi imposible el toreo lucido.

Ficha del festejo:

Seis toros de El Pilar, de dispares volúmenes y hechuras, aunque en general de fina lámina y astifinas defensas. En cuanto a juego, a la mayoría les faltó raza o bien empuje en los cuartos traseros, con las excepciones del manso y rajado tercero y del noble y manejable quinto.

Diego Urdiales, de pizarra y oro: pinchazo, estocada atravesada y tres descabellos (silencio tras aviso); estocada delantera atravesada (silencio).

David Mora, de salmón y oro: pinchazo, pinchazo hondo y tres descabellos (silencio); pinchazo hondo caído y diecisiete descabellos (pitos tras tres avisos).

José Garrido, de violeta y oro: estocada trasera caída (silencio); estocada desprendida delantera (silencio).

Entre las cuadrillas, Ángel Otero saludó tras clavar un gran par de banderillas al segundo. Tercera corrida de abono de la feria de San Isidro, con más de tres cuartos de entrada (19.500 espectadores), en tarde fresca y con molestas rachas de viento.