Hace semanas fue Getafe, el sábado la debacle en Sevilla. De allí se marchó Mourinho sabiendo que estaba obligado a un cambio de rumbo. La imagen de sus jugadores estaba lejos de ser las de un equipo.
Ayer todo cambió sobre todo la actitud. De buen juego, pocas novedades pues no se explica que Modric, Özil o Benzema fueran suplentes. Y más ante un Manchester City tan millonario como ramplón y miedoso, salvado por su portero de una goleada mayor. Essien y Varane cumplieron como titulares.
El partido cambió con el 0-1 de Dzeko, tras un buen contragolpe de Yaya Toure finalizado por el bosnio. A falta de fútbol, el coraje levantó al Madrid. Empató Marcelo, y Kolarov volvió a poner en duda la defensa de las jugadas a balón parado. A partir de ahí, la épica y la magia se instalaron en chamartín.
Remontó el Madrid con dos goles, Benzema y Cristiano. Y Mourinho en inglés, resumió con un "pelearon como animales" el trabajo de los suyos. El desenlace fue el de las grandes noches del Bernabéu. El camino de la décima comenzó con épica.
