El Valencia muere de pie en Gelsenkirchen ante el Schalke de Raúl

  • El equipo del exmadridista se mete en cuartos de la Champions

El Valencia desperdició una gran ocasión de entrar en los cuartos de final de la Liga de Campeones, al perder en Gelsenkirchen (3-1), ante el Schalke de Raúl, un partido en el que se adelantó, pero en el que no tuvo acierto ante la meta alemana cuando se vio en desventaja.

El conjunto de Unai Emery temía a Raúl, pero el que apareció fue el peruano Jefferson Farfán, que, primero, igualó el encuentro con un gran golpe franco y, cuando el Valencia buscaba el gol del empate a dos a la desesperada, finiquitó la eliminatoria.

El Valencia murió de pie, luchando hasta el final, pero un contragolpe letal finalizado por el peruano acabó con sus últimas esperanzas.

Durante buena parte del partido, sin embargo, las cosas parecieron apuntar a favor del Valencia.

Una gran jugada de Topal dentro del área en el minuto 17 puso a soñar al Valencia muy pronto con los cuartos de final. Topal recibió la pelota un poco tirado hacia la izquierda, "bailó" a Joel Matip y lanzó un centro ante el que Ricardo Costa apenas tuvo que poner la cabeza para mandar el balón al fondo de la red.

Si el partido hasta ese momento había estado relativamente equilibrado, el gol del Valencia pareció anestesiar al Schalke que no encontraba fórmula para llegar a la portería de Víctor Guaita.

La banda derecha del Schalke, normalmente la más peligrosa del equipo de Gelsenkirchen por la dupla que forman el japonés Uchida y el peruano Jefferson Farfán, estaba cerrada por Jéremy Mathieu.

El Valencia empezaba a marcar ya antes del medio del campo y eso era algo que asfixiaba al Schalke que repetidas veces intentó llegar al área con balonazos largos del meta Manuel Neuer que solían morir en la cabeza de Ricardo Costa o de David Navarro.

El Valencia tenía mayor posesión de pelota y cuando avanzaba llevaba más peligro que el Schalke que apenas registró algo que podía parecerse a una ocasión de gol con un remate de cabeza de Raúl en el minuto 18.

Los españoles, en cambio, tuvieron varias llegadas claras, entre ellas una de Adúriz ante quien se apareció providencialmente Christop Metzelder en el 21 cuando iba a fusilar a Neuer.

El Valencia parecía más cerca del segundo gol que el Schalke del empate pero de pronto los alemanes se encontraron con su oportunidad cuando Navarro cometió una falta -tal vez innecesaria- contra el suizo Mario Gavranovic.

Hasta ese momento, el Schalke no había llevado ningún peligro con las situaciones a balón parado, que suelen representar una de sus armas más peligrosas. Pero en esta ocasión, Farfán no falló y soltó un disparo por encima de la barrera al que Guaita no pudo llegar.

Era el minuto 40, y aunque el Valencia había sido mejor, tuvo que irse al descanso con el partido igualado y con un Schalke que empezaba a mostrar síntomas de resurrección.

El Schalke, con un poco de fortuna, logró sacar provecho de la ventaja psicológica que representaba haber logrado el empate en la parte final del primer tiempo y en el 52 los alemanes se fueron en ventaja en una jugada en la que al Valencia le salió mal todo lo que le podía salir mal.

Guaita, acosado por Raúl al borde del área chica, despejó a medias un centro que había lanzado desde la izquierda Peer Kluge. El balón lo recibió Farfán en el centro del área; Guaita logró parar el remate del peruano pero, entonces, la pelota llegó al suizo Mario Gavranovic que marcó con un disparo que pegó en los dos postes antes de irse al fondo de la red.

Los jugadores del Valencia reclamaron falta de Raúl y en verdad se trató de una de esas situaciones límites en las que mucho depende de la interpretación del árbitro.

El Valencia intentó revelarse contra el destino acosando el Schalke y generando ocasiones. Adúriz tuvo una en el 57, en la que remató desviado y otra un minuto después en la que Neuer desvió al saque de esquina en una jugada increíble.

En el 62, Benedikt Höwedes le robó el balón a Juan Mata dentro del área cuando éste iba a rematar a puerta y, el minuto 72, el argentino Tino Costa también tuvo una buena posibilidad.

El afán ofensivo naturalmente dejaba espacios atrás. En dos ocasiones Gavranovic estuvo a punto de sentenciar, una vez se encontró con Guaita y otra vez con el larguero, y en el descuento, en un contragolpe, Farfán apuñaló definitivamente al Valencia.