Sergio Ramos se convertirá este viernes en leyenda viviente de la selección española de fútbol al alcanzar los 100 partidos internacionales con apenas 26 años y ya en plena etapa de madurez.
Y no sólo está la efeméride, sino que Ramos será ante Finlandia el capitán del equipo, el líder espiritual en ausencia de los otros tres pilares más carismáticos de la selección: Iker Casillas, Xavi Hernández y Carles Puyol.
"Ramos es un jugador con mucho carisma y liderazgo", reconoció en Gijón el seleccionador español, Vicente del Bosque. El defensa atraviesa ahora el mejor momento de su carrera. Indiscutible en el Real Madrid y en la selección, también se convirtió en una referencia en ambos vestuarios. De tal forma que es un jugador más que respetado, incluso por las hinchadas rivales.
El Real Madrid pagó por él 27 millones de euros al Sevilla en 2005 y hoy, pasado el tiempo, se puede considerar una de las inversiones más rentables del equipo blanco en toda su historia. Entonces se calificó de locura.
JUGADOR CON CARISMA
Con él, Florentino Pérez se llevó a algo más que un defensa privilegiado, tanto técnica como físicamente. Porque también contrató a un futbolista muy carismático y capaz de ejercer una influencia positiva en el grupo.
Lo mismo ocurrió con la selección española, con la que debutó el 26 de marzo de 2005, con sólo 19 años. Desde entonces, es un fijo en todas las convocatorias y alineaciones.
"Con Sergio tuvimos nuestros desencuentros. A los jóvenes hay que dejarles que saquen todo lo que llevan dentro, pero también hay que ayudarlos y conducirlos por el buen camino. Me gusta que diga las cosas como las piensa", explicó Luis Aragonés, entonces seleccionador español, al diario Marca.
Consolidado ahora como uno de los mejores centrales del mundo, ganó la Eurocopa de 2008 jugando como lateral derecho, lo que también habla de su versatilidad. Pero en lo que realmente más ha progresado Ramos en los últimos años es en personalidad, incluso si a veces no elige el camino políticamente correcto en sus declaraciones fuera de los terrenos de juego.
Por ejemplo, no duda en enfrentarse a su técnico en el Real Madrid, José Mourinho, cuando asegura que no le gustaron sus palabras tras eliminar en Liga de Campeones al Manchester United -"no se clasificó el mejor", dijo el portugués-, aunque al mismo tiempo asegura que "Mourinho es el mejor entrenador del mundo".
PENALTI A LO PANENKA
A veces roza la temeridad, como cuando se puso una camiseta de su compañero y amigo Mesut Özil cuando el alemán acababa de sufrir una reprimenda de Mourinho.
O, ya en el campo de juego, como cuando tiró y marcó un penalti "a lo Panenka" en las semifinales de la Eurocopa ante Portugal. Y esto sucedió dos meses después de errar un penal ante el Bayern Múnich en Liga de Campeones que originó multitud de bromas y burlas.
Mientras, tampoco duda en asegurar que ficharía "a muchos futbolistas del Barcelona" y confiesa su gran amistad con los azulgrana Sergio Busquets y Víctor Valdés.
Y si en el pasado discutió con Gerard Piqué, luego fue capaz de reconducir la situación para conformar una pareja de centrales de enorme categoría. "Por delante está siempre el equipo", es una de sus frases más utilizadas a la hora de justificar sus posiciones.
