Piqué se sintió señalado por estar en la grada frente al Leverkusen y ahí empezó el lío

  • El defensa pidió explicaciones a Guardiola y tuvieron sus más y sus menos
  • Rosell ve a Piqué como un símbolo del barcelonismo y el técnico en cambio no le quiere para el año que viene

Nuevos detalles acerca de la polémica de Piqué, Rosell y Guardiola. El Presidente del Barcelona salió ayer a desmentir la noticia que Telemadrid había lanzado en primicia y nos acusó de calumniar. Toda la prensa española se hizo eco de la noticia, por lo que muy desencaminada no puede ir. La información que dijimos es que Guardiola habría hecho hacer llegar a Rosell su deseo de no contar con Piqué en su plantilla del año que viene, un asunto con el que el Presidente no parecía estar muy de acuerdo, pero no de que de este hecho dependiera su continuidad en el club.

Cuando Piqué se queda en la grada frente al Leverkusen se produce un “antes y un después” en la relación jugador-entrenador, además Guardiola es consciente de que hay desunión en el vestuario, que ya no todos están con él.

El pasado verano ya empezaron a mostrar, varios directivos, cierta preocupación con la relevancia mediática de Piqué vinculada a asuntos extradeportivos. Entendían que esos temas influían en el rendimiento del jugador y en consecuencia al de todo el equipo. A lo largo de la temporada esos mismos directivos han ido comprobando como esos temores se convertían en realidad, sobre todo al ver los fallos defensivos de Piqué en la derrota del Reyno de Navarra. Sus errores pusieron una distancia con el Madrid demasiado larga y Guardiola decidió dejarlo en la grada ante el Leverkusen.

El jugador se sintió señalado por esa medida y su reacción fue pedir explicaciones al técnico, ahora Telemadrid puede contarles que en esa charla hubo sus más y sus menos entre Guardiola y Piqué y a raíz de ese incidente varios compañeros del defensa se pusieron de su parte aunque siempre en privado. Guardiola acabó enterándose de lo que sucedía a sus espaldas y empezó a pensar que ya no tenía el apoyo de toda la plantilla. Durante los últimos meses Rosell y Guardiola han mantenido, no una ni dos, sino varias conversaciones sobre el asunto Piqué. En ellas el entrenador deja claro que no quiere al jugador en la plantilla y el Presidente le comenta que Piqué es un símbolo para el barcelonismo.