Llorente firma por cuatro años con el Juventus

  • Llorente ve "cumplido un sueño" con su fichaje por el Juventus
Llorente no renovará con el Athletic
Fernando Llorente |Telemadrid

El jugador del Athletic de Bilbao Fernando Llorente ha firmado un contrato con el Juventus por cuatro años y llegará a su nuevo equipo el próximo 1 de julio, según informó hoy el club turinés en su página web. En la nota se explica que Llorente, que terminaba el contrato este año con el Athletic de Bilbao, se unirá a la "Vecchia Signora" hasta 2017 y, aunque no especifica lo que ganará por temporada, la prensa italiana había hablado de 4,5 millones por curso.

Los 29 goles marcados con la camiseta del Bilbao y los títulos del mundo y de Europa conseguidos con la selección española le llevaron a ser el objeto de deseo de muchos clubes internacionales.Por renovar el contrato, Llorente pidió 5,5 millones de euros netos, un millón más de lo que le ofrecía la directiva y las negociaciones se estancaron.

Llorente asegura "haber cumplido un sueño" fichando por el Juventus de Turín y "quiere agradecer una vez más al Athletic Club y a su afición todos estos años donde se ha formado como futbolista y ha cumplido grandes éxitos deportivos".

Fernando Llorente se incorporará así el próximo 1 de julio al Juventus de Turín después de cerrar de una manera turbulenta una brillante carrera en el Athletic que inició en 1996, con apenas 11 años, y que va a finalizar a los 28, en plena madurez futbolística, rodeado de una agria polémica.

Pocos podían pensar que el caso de Llorente, la gran estrella del Athletic de la última década y el 'rey león' de la manada rojiblanca que deslumbró a Europa la pasada temporada, iba a derivar en pocos meses en una historia de desamor que ha llegado a convulsionar los cimientos del centenario club.

Los pitos que una parte de la afición le dedicó al delantero en el primer partido oficial de la actual campaña, el 2 de agosto ante el Slaven croata, abrieron la caja de los truenos de un asunto que se venía larvando en el año y medio anterior.

Por lo desvelado posteriormente por el propio futbolista, ese rechazo de un entonces reducido grupo de seguidores fue el último motivo que le decidió a declinar la oferta de renovación que le había propuesto el presidente del Athletic, Josu Urrutia, y que en el plano económico él mismo calificó de "irrechazable".

El mal ambiente creado, a su juicio, por la prensa y su intención de "crecer deportivamente e intentar otras cosas" fueron las otras razones esgrimidos por Llorente para confirmar en diciembre que abandonaría Bilbao para encarar nuevos retos.

Desde el verano, con episodios tan desagradables como la visita a Lezama de varias decenas de seguidores para acusarle de "mercenario" junto a su antiguo compañero Javi Martínez, lo cierto es que el número de aficionados que han reprobado en Bilbao a Llorente ha ido en aumento con el paso de los meses.

Algunos le acusan de no valorar en su justa medida al club que le brindó la oportunidad de hacerse jugador de primer nivel mundial y la comprensión de la grada con una de las mejores perlas de Lezama en su complicado inicio en la elite.

Aunque a muchos de ellos, aún entendiendo su deseo de buscar nuevos horizontes, les cuesta aceptar la manera en que ha manejado el futbolista una situación, la de sus negociaciones para renovar, que se ha prolongado durante demasiado tiempo, más de un año y con dos juntas directivas.

La firme decisión del Athletic de no rebajar ni un euro los 36 millones de euros de su cláusula de rescisión, la misma que mantuvo con Javi Martínez, con la intención de no sentar precedentes en la plantilla, tampoco ha sido compartida por buena parte de los seguidores bilbaínos que entendían que podría haberse rebajarse la crispación generada buscando una salida inmediata al jugador.

Lo cierto es que Llorente, cuya aportación al equipo esta temporada es prácticamente testimonial, ya es seguro que permanecerá en la plantilla rojiblanca hasta final de temporada y que Marcelo Bielsa deberá seguir manejando una situación muy compleja que indudablemente afecta a la estabilidad del equipo.