Ibrahimovic, el delantero total

  • "El trabajo del delantero es marcar, pero yo soy más que un goleador. Me gusta asistir"
  • "Cristiano es un artista y a los artistas se les aplaude cuando terminan su obra de arte"

El delantero sueco del París Saint Germanin, Zlatan Ibrahimovic, está considerado como uno de los mejores delanteros centros del mundo, capaz de lo mejor y de lo peor; es amado y odiado, pero no deja a nadie indiferente.

Admirador de Ronaldo y Zidane, Ibra reúne todas las cualidades que pueden pedirse a un goleador: alto (1,92 metros), fuerte y potente, pero ágil con el balón en los pies, con gran potencia de disparo y mucho carácter.

FUERTE PERSONALIDAD

Una fuerte personalidad que en muchas ocasiones le ha llevado a enfrentarse a sus compañeros, a sus entrenadores e, incluso, a sus aficionados. Este delantero total, que es capaz de llevar a un equipo a sus espaldas con su capacidad para crecerse en las circunstancias adversas, puede ser también un eterno quebradero de cabeza para sus equipos.

Zlatan Ibrahimovic nació en 1981 en Malmö (sur de Suecia), de padre bosnio y madre croata, ambos provenientes de Bosnia-Herzegovina. Debutó en la primera división sueca en 1999 con el Malmö, que descendió a segunda ese mismo año.

El joven Ibra, de 19 años, fue uno de los artífices del renacimiento y el ascenso del Malmö en la temporada 2000, y llamó la atención de varios clubes europeos, entre ellos el Ajax de Amsterdam, que lo fichó en 2001 por unos nueve millones de euros.

En su primera temporada en Holanda, ganó con el Ajax la Liga y la Copa, y fue decisivo para conseguir ésta última, ya que suyo fue el gol de la victoria ante el Utrecht en la prórroga de la final. En la temporada 2003-2004, otros 13 goles suyos en la Liga (a pesar de estar lesionado durante dos meses) facilitaron al Ajax la reconquista del título.

OBJETO DE DESEO DE MEDIA EUROPA

Pero fue su actuación en la Eurocopa de Portugal, donde Suecia llegó hasta los cuartos de final, la que le convirtió en objeto de deseo de los más grandes clubes europeos. Y en especial de los italianos, gracias al impresionante gol de tacón que el delantero endosó a Italia en el enfrentamiento entre ambas selecciones durante la fase previa.

Su precio había subido hasta los 19 millones de euros cuando el Juventus le fichó, en agosto de 2004. En su primer año en Italia, marcó 16 goles en 35 partidos, y al final de la temporada pudo haber recalado ya en España.

Se rumoreó su traspaso al Real Madrid, e incluso su agente, Mino Raiola, afirmó que el club blanco había realizado una oferta de 70 millones de euros que el Juventus rechazó. La temporada 2005-2006 no fue demasiado brillante para Ibrahimovic, quien sólo consiguió siete goles en la Liga italiana, en la que su equipo se impuso, aunque después fue desposeído del título por fraude deportivo y condenado a bajar a la Serie B.

En el Mundial de Alemania 2006, donde Suecia cayó en los octavos de final ante el país organizador, Ibrahimovic ni siquiera logró marcar un gol. El sueco pasó entonces al Inter de Milán, que pagó por él 24,8 millones de euros.

CONFLICTIVO

Apenas 15 días después de llegar a su nuevo equipo, el 26 de agosto, logró su primer título en Italia, la Supercopa. Poco después, su carácter conflictivo le llevó a un enfrentamiento con el seleccionador sueco Lars Lagerbaeck y a dejar el conjunto nacional durante varios partidos, entre ellos el disputado contra España en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008.

El sueco ganó las tres Ligas siguientes con el Inter, aunque las lesiones le impidieron disputar el final de las dos primeras. En Italia se ha visto estas "oportunas" lesiones de final de temporada, habitualmente acompañadas de declaraciones en las que ponía en duda su continuidad en Milán, como pulsos al club para que revisara su contrato, sobre todo después del "dolor de estómago" que Ibra presentó después de la eliminación del Inter en octavos de final de última la Liga de Campeones, frente al Manchester United.

Y de Italia a Francia, donde saben que esta puede ser la última temporada que disfruten de un Ibrahimovic que termina contrato, pero que a sus 34 años todavía tiene mucha hambre de fútbol como demuestra partido tras partido.