Cotto fue el gran triunfador y Margarito mostró su declive

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El boxeador Miguel Cotto |archivo

El peleador puertorriqueño Miguel Cotto volvió a sonreír y relanzar su carrera boxística después de vencer con claridad y contundencia al mexicano Antonio Margarito, que confirmó el declive de su carrera profesional.

Cotto tuvo que esperar al más de tres años para vengarse de la polémica derrota que sufrió en julio del 2008, en Las Vegas, donde Margarito le venció por nocáut en el undécimo asalto y le quitó el invicto y la corona de campeón.

El púgil boricua, de 31 años, debió luchar para levantarse de la "frustración" de la derrota inesperada de un combate que comenzó dominando y que al final iba a perder de forma dramática.

Más doloroso fue para Cotto digerir la derrota tras descubrirse que Margarito podría haber hecho trampas con su vendaje como el que iba a utilizar con una substancia prohibida parecida al yeso en la pelea contra el estadounidense Shane Mosley.

Margarito, conocido como el "Tornado de Tijuana", fue descubierto con un vendaje ilegal antes de la siguiente pelea que protagonizó frente a Mosley y que iba a perder por nocáut técnico en el noveno asalto.

Cotto necesitaba la pelea revancha para dejar atrás la pesadilla de Margarito y lo consiguió con un actuación perfecta que realizó la noche del sábado en el legendario Madison Square Garden ante 21.239 espectadores, en su mayoría puertorriqueños, que lo apoyaron de principio a fin.

La victoria por nocáut técnico al concluir el noveno asalto, nunca salieron los boxeadores al centro del cuadrilátero en el décimo, porque el árbitro de la pelea Steve Smoger la paró a petición del médico de la velada Anthony Curreri, permitió a Cotto seguir como monarca del peso mediano junior o superwelter, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Cotto, que hizo su segunda defensa del título que también ganó en Nueva York, en el Yankee Stadium, al israelí Yuri Foreman, tras la decisión de Curreri vio como había logrado todos sus objetivos que se marcó con la pelea revancha.

El campeón puertorriqueño primero mostró un gran boxeo, inteligente, de buena preparación física y una excelente estrategia que trabajó bajo la dirección del preparador cubano Pedro Diaz, un ex entrenador del triunfal equipo olímpico del país antillano.

Pero lo más importante para Cotto fue que dejó atrás la pesadilla de Margarito, el púgil que había sido su mayor rival y que puso en entredicho su carrera profesional, que ahora vuelve a estar completamente relanzada para seguir dentro del grupo de elite del boxeo mundial.

El veterano promotor Bob Arum, que también dejó atrás el enfrentamiento que generó con Cotto cuando apoyó a Margarito durante el escándalo de los vendajes ilegales, reconoció que el púgil boricua hizo una pelea "brillante" y se mereció el triunfo.

"Ganó la pelea y lo hizo con claridad", destacó Arum después del triunfo conseguido por Cott. "Para ellos fue revancha. Para mí fue apenas hacer una buena pelea con una gran historia de respaldo que ayudó a venderla".

El éxito económico de la velada también repercutirá en las ganancias que vayan a conseguir ambos púgiles, especialmente Cotto que se llevó una bolsa garantizada de cinco millones de dólares y tendrá también importantes ingresos de la parte que le corresponda por los que hayan logrado en la venta de la televisión de pago.

Los dos éxitos logrados tanto en el apartado deportivo como económico permiten a Cotto tener abiertas todas las puertas para futuras peleas estelares con los grandes pugilistas que están ahora dentro del peso mediano junior o superwelter como es el mexicano Saúl "Canelo" Álvarez.

Cotto, que cuestionó siempre el comportamiento y actitud de Margarito, iba a tener también la satisfacción de darle al boxeo de su país otra gran victoria en la rivalidad histórica que mantiene con México, el país natal del "Tornado de Tijuana", que iba a ser el gran derrotado de la noche.

Margarito, a sus 33 años, no sólo perdió la pelea revancha, que dejó aun más interrogantes sobre si el triunfo ante Cotto fue limpio, sino que además mostró que su estilo de boxeo ya ha entrado en declive al perder fuerza su pegada y no tener recursos técnicos que aportar.

El púgil mexicano volvió a recibir por tercer combate consecutivo un duro castigo como le sucedió ante Mosley y luego el filipino Manny Pacquiao, que fue el que le lesionó de gravedad el ojo derecho.

Margarito, que se llevó una bolsa de 2,5 millones de dólares, más otra parte proporcional de las ganancias por la televisión de pago, mostró con la derrota que sus mejores días como boxeador de elite ya forman parte del pasado.