El Atlético llega a México para jugar un amistoso

  • Confunden a Simeone con Ricky Martin
  • Ante el América
Atlético de Madrid, en México
Atlético de Madrid, en México |Telemadrid

El Atlético de Madrid aterrizó en México, donde jugará el próximo miércoles (madrugada del jueves en España) su segundo amistoso de la gira con el América en el Estadio Azteca.

El conjunto rojiblanco está acompañado del exfutbolista mexicano de Atlético y Real Madrid Hugo Sánchez, que ejerce como embajador de la Liga española en su país, dentro del programa de la Liga de Fútbol Profesional LFP World Challenge.

Como hiciera en San Francisco (Estados Unidos), el Atlético también participará en una nueva edición del evento Spain Experience en tierras mexicanas, que se celebrará en la Hacienda de los Morales de la capital azteca.

SIMEONE LLEGA EN PLAN DE ACTOR DE CINE

El argentino Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, llegó a México en medio de una parafernalia reservada a los actores de cine y se adaptó tan rápido al papel de visitante ilustre que algunos viajeros lo confundieron en el aeropuerto con el cantante Ricky Martin.

Simeone, de 44 años, dirigirá al Atlético que el próximo miércoles enfrentará en un amistoso a las Águilas del América, pero su recibimiento por parte de los medios fue como si su equipo fuera a disputar la final del Mundial de Clubes contra el rival mexicano.

Con una barba bien cuidada, pelo corto y una bermuda azul en juego con una playera con los colores de su equipo, Simeone se paseó por el pasillo de la Terminal como un Jesús resucitado y sordo, aclamado por varias decenas, e incapaz de reaccionar a las preguntas de los periodistas y los pedidos de fotos de los hinchas.

PARCO EN PALABRAS

"Vamos a hablar cuando hagamos la conferencia", fueron las únicas palabras que pronunció durante su traslado al autobús, protegido por dos personas del club, una de pelo negro que gritó y repartió codazos como si estuviera a cargo de la seguridad de un político y otra con palabras de amenazas a los reporteros más insistentes.

A la misma hora, decenas de seguidores de Ricky Martin esperaban la llegada del artista puertorriqueño y al ver al Cholo Simeone tan en su papel de gente importante entre cámaras y micrófonos corrieron confundidos hacia el argentino. "No es él, debe ser un futbolista uruguayo", le dijo una joven con una perla en la nariz a un amigo adorador de Ricky.

En la ciudad donde el escritor Gabriel García Márquez escribió "Cien años de Soledad", su mejor novela, la llegada de Simeone pareció hoy más una historia de las del realismo mágico del colombiano que una nota previa a un partido de fútbol.

El atraso del vuelo llegado de San Francisco, donde el Atlético venció en serie de penaltis al San José Earthquakes, fue la primera señal de una cobertura anormal que siguió con rumores sobre cambios del lugar por donde arribaría el equipo español.

Los periodistas se fueron y regresaron varias veces de la puerta buena a la equivocada y si pudieron dar con el entrenador, no fue por astucia, sino porque Edgar Chain, un abogado que llevaba cuatro horas de espera de que Simeone le firmara una camiseta, descubrió al técnico a la entrada de un baño y dio la voz de alarma. "Me la firmó y también me tomé una foto con el volante Mario Suárez", dijo el mexicano que sigue al Atlético porque su abuelo era español y adoraba al club.

Mañana, espera que Simeone saque su lado más humano en una conferencia de prensa. Como suelen hacer los entrenadores extranjeros en México, quizás agradezca jugar en el Azteca donde se hicieron campeones mundiales Pelé y Maradona y jure buscar la victoria ante América, a pesar de no contar con el delantero croata Mario Mandzukic ni con el centrocampista portugués Tiago Mendes.