DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN DE JOSÉ PABLO LÓPEZ COMO DIRECTOR GENERAL DE RADIO TELEVISIÓN DE MADRID S.A

Presidenta de la Comunidad de Madrid, Presidenta de la Asamblea de Madrid, Alcaldesa de Madrid, miembros del Consejo de Gobierno y del Consejo de Administración, autoridades, trabajadores de la Radio y la Televisión de Madrid, amigos.

Quiero en primer lugar agradecer la confianza de los miembros del Consejo de administración y de la Asamblea de Madrid, confianza que me ha traído hasta aquí, hasta esta tarea que asumo con humildad, y confiado en que, entre todos, podemos abrir una etapa nueva, con ilusión, con ambición y con generosidad. Quiero agradecer también a Ángel Martín Vizcaíno su gestión amable, minuciosa y rigurosa del traspaso de poderes. Recibo una empresa sin endeudamiento que ahora tenemos que proyectar al futuro entre todos.

No soy un iluso. Conozco las dificultades del empeño. Tengo presente que la radio y la televisión públicas de Madrid han pasado momentos amargos, con la herida de un Ere que afectó a la columna de la cadena. Muchos perdieron su trabajo y su forma de ganarse el sustento. Su vida personal y profesional quedó seriamente comprometida. Ahora debemos mirar al futuro, pero también poner los medios para que, en la medida de lo posible, minimicemos sus consecuencias.

Hoy vengo a ofreceros un modelo en el que mi prioridad son los trabajadores. Sois lo más importante. Sé que si los trabajadores de esta casa estáis alineados con el compromiso de sacar adelante un proyecto ambicioso, los espectadores y los oyentes volverán a su radio y televisión.

Algunos habéis caído en el desánimo. Son muchos los que me han advertido en estas últimas semanas de que asumía una tarea imposible. No es cierto. Vengo de otros proyectos que también nacieron en pequeños equipos que soñaron, que trabajaron y que con mucho esfuerzo vieron realizadas sus ambiciones. Es cierto que en aquellas empresas eran otras las dificultades, pero no eran menores que las que se presentan aquí.

El mío no es un proyecto personal, no estoy aquí para hacer carrera, estoy aquí para hacer de Radio Televisión de Madrid una televisión y radio autonómica pública de referencia.

Os diré más: creo que esto solo saldrá adelante si todos somos capaces de renunciar a los intereses particulares y encontramos el terreno de un proyecto común.

La oferta que os traigo es clara. No tiene trampas: una radio y una televisión públicas de calidad, independiente, profesional, en la que los trabajadores desarrollen su talento. Una televisión que sirva a los madrileños, pero también a todos los que tienen su mirada puesta en Madrid como comunidad abierta, moderna e innovadora.

Quiero una radio y una televisión públicas sostenibles. Pero la sostenibilidad no pasa sólo por una buena gestión económica. Cuando se hace daño a esta casa, a nuestra Radio Televisión de Madrid, se está dañando nuestro medio de vida. Y como sabéis, no se daña lo que se quiere. Por eso, estoy convencido de que la mejor garantía para conseguir este objetivo, la única garantía, sois vosotros, los profesionales de esta casa.

Tenemos que encontrar un nuevo modelo de televisión pública. Al igual que Sabina pienso que al lugar donde hemos sido felices no debiéramos tratar de volver. Una televisión pública debe reflejar la sociedad de cada momento. En los tiempos recios, cuando las dificultades nos llevan a la melancolía, es lícito mirar al pasado con nostalgia, pero las soluciones de otro tiempo no son adecuadas para este. Sí podemos inspirarnos en la actitud que propició aquella época.

Decía Bernard Shaw que “quienes progresan en este mundo son las personas que se levantan y buscan las circunstancias que desean, y si no las encuentran, las provocan”. Tenemos que recuperar la ilusión, pero para conseguirlo necesitamos flexibilidad. La rigidez es la enemiga de la creatividad, y nuestro tiempo requiere adaptarse a circunstancias que son completamente nuevas y muy cambiantes.

Debemos volver a ser una referencia de creatividad, y de valor informativo, que no vaya a remolque de otros medios, sino que sea capaz de marcar la agenda de la actualidad de los madrileños. Los informativos deben estar presentes en todos los acontecimientos importantes de la vida de Madrid.

Pero por ser de Madrid deben tener una perspectiva que trascienda lo local, y una ambición que vaya más allá del costumbrismo. Hacer informativos en Madrid nos obliga a una exigencia muy grande con unos presupuestos limitados. Pero en mi vida profesional he aprendido que no todo es cuestión de dinero. Cuando una redacción tiene talento y ambición es capaz de superar las limitaciones para ofrecer un producto riguroso y actual.

Nuestro modelo no puede ser construido con el propósito de competir con las privadas. No es ese nuestro sitio, ni es esa nuestra batalla. No penséis que eso nos resta campo de trabajo. Al contrario, nos permite apostar por la calidad dentro de la misión de servicio público que tenemos encomendada.

Pero no estamos solos. No podemos ser una televisión que se mira el ombligo. Por eso no podemos dar la espalda a un sector audiovisual privado que tiene mucho que aportar, del que podemos aprender, y que puede complementar las carencias de esta televisión. En la sociedad de 2017 ser endogámico, confiar solo en la fuerza propia, es estar condenado al fracaso.

Tenemos un gran campo de trabajo si somos capaces de integrar las nuevas tecnologías. El modelo de televisión de décadas pasadas está dando signos de agotamiento. La televisión envejece con buena salud, pero lo que está más joven que nunca son las historias bien contadas, las historias que inspiran y que emocionan. Tenemos que actualizar los mensajes y renovar los lenguajes.

Sin vosotros este proyecto no saldrá adelante. Si no estamos unidos no habrá futuro. Por eso vengo aquí a unir, no a separar. Vengo a mirar al futuro, y no a ser esclavo del pasado. Vengo a empujaros a crear y no a destruir. En Radio Televisión de Madrid cabemos todos. Hay suficiente espacio para que convivan ideas diferentes y enriquecernos con las que no compartimos. Hay que superar el egoísmo ideológico de cualquier color.

Para conseguirlo, pido confianza. Se la pido en primer lugar a los políticos, a los de todos los partidos. Telemadrid debe ser una casa abierta de par en par. Abierta por supuesto a los representantes de los partidos, pero también a las asociaciones de vecinos, a la vida cultural, a las universidades, a los grupos sociales que reclaman nuevos derechos y que articulan una sociedad civil madrileña cada vez más rica, más dinámica y pujante. La radio y la tele públicas las pagamos todos, y deben ser un espacio para todos.

Pido también confianza a los trabajadores y a sus representantes, para que nos adaptemos al momento que vive Radiotelevisión Madrid, para que seamos realistas, y armonicemos nuestras legítimas aspiraciones con la marcha de la empresa. No se nos puede olvidar nunca que somos una empresa, con sus peculiaridades, pero una empresa.

Y pido confianza al Consejo de Administración. Vosotros sois mis consejeros, y mi función es ser vuestro Director General. Y debemos trabajar de forma colegiada, de tal manera que el proceso de toma de decisiones se base en la colaboración mutua. Ni el Consejo debe ser un organismo que se contemple a si mismo, ni el director general debe ser una instancia ejecutiva que utilice a los consejeros simplemente para ratificar decisiones ya tomadas. Tenemos que ser capaces de darle sentido a la palabra servir. Estamos en primer lugar al servicio de los trabajadores. Llevan mucho tiempo esperando esta oportunidad, y no podemos defraudarles.

Del mismo modo, quiero dar las gracias al Comité de Empresa y a las secciones sindicales por su disposición absolutamente constructiva para esta nueva etapa. Cuento con vosotros y con vuestras aportaciones y puntos de vista para que todos nos sintamos partícipes de este nuevo camino.

Termino. Os llamo a todos a superar las trabas del pasado. Os invito a superar las diferencias y a facilitar la convivencia de todas las ideas. Por paradójico que parezca las ideas que no nos gustan también son una riqueza, también forman parte del patrimonio común.

Pero os recuerdo que yo solo no puedo. Cada uno de vosotros, en solitario, tampoco. Necesitamos coordinación. Si cada uno mira por su propio interés fracasaremos todos. Si nuestro afán diario consiste en ajustar cuentas perderemos el tiempo.

Os pido generosidad, ambición, esfuerzo y trabajo. De mi parte tendréis ánimo, transparencia y compromiso pero también una exigencia constante y un inconformismo para llevar esta casa al nivel del servicio público audiovisual que se merecen los madrileños.

Gracias a todos.