20-octubre-2015. El espacio informativo MADRID DESPIERTA, presentado por Vicente Gil y Cristina Sanz, que de lunes a viernes, emite Telemadrid, de 08:00 a 10:00h, ha recibido hoy la visita de José María Gil Tamayo. El secretario general de la Conferencia Episcopal ha lamentado que el programa del PSOE quiera sacar la asignatura de Religión del horario escolar y ha subrayado que están “absolutamente sorprendidos con que un partido democrático, constitucional y con experiencia de Gobierno incorpore a su programa político planteamientos tan radicales, absolutamente trasnochados y de ejercicio de una ideología que quiere asumir como aséptico el espacio público”.
“Nuestras Constitución –ha añadido-, que no es laicista, sino aconfesional, reconoce, en cambio, el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones, si ven el hecho religioso un hecho positivo para la construcción social”. “Por otra parte, es un derecho de los padres y no de la Iglesia, en el sentido en que afecta a otras confesiones, no sólo a la católica. Y me sorprende, si es por una cuestión electoral, que se busque el voto, cuando se sabe, por pura proporcionalidad de la composición del electorado, que una inmensa mayoría de católicos vota al PSOE”. En su opinión, parece que ponen ahora sobre la mesa esta cuestión “para distraer de los problemas reales o para buscar en un caladero de radicalismos la adhesión a un programa, pero creo que hay mucha gente moderada en el PSOE y que le votan muchos católicos. Que salgan con esto, parece que se les ha colado algún papel de viejos programas de principios del siglo pasado”.
“Plantear la cuestión religiosa me parece que es darle a la máquina para atrás” y se extiende, según ha explicado el secretario general de la Conferencia Episcopal, ”al resto de confesiones religiosas con las que el Estado también tienen acuerdos, como son los musulmanes, los judíos o los evangélicos”.
“Va a instaurar una ideología de asepsia en el ámbito de la escuela pública, incluso privada”. Para Gil Tamayo son “unas formas intervencionistas que son resabios de un dirigismo que suena a otras épocas y otros sistemas políticos de nefastos recuerdos. Si ahora quiere legislar sobre las conciencias o imponer a los colegios de iniciativa social y privada y quiere limitarlos, me parece una intromisión en el ámbito de la libertad religiosa insostenible, desde el punto de vista constitucional y de una democracia que se precie como tal. Estamos sorprendidos absolutamente con este aparecer que parece un espectro de principios del siglo pasado en pleno siglo XXI”
