‘Mi cámara y yo’ nos descubre los palacios más desconocidos y de más difícil acceso de Madrid

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Palacios MCY |Telemadrid

EL VIERNES, A LAS 21:45H, ‘DE PALACIO EN PALACIO’

Este viernes, a las 21:45h, la reportera Paz Llamas, de ‘Mi cámara y yo’, coge su cámara para descubrir a los espectadores qué esconden los muros de algunos edificios de Madrid. La capital conserva inmuebles majestuosos, palacios que nos hablan de una época de esplendor en la que condes y marqueses habitaban en ellos. Esta semana, ‘De palacio en palacio’ nos mostrará los palacetes más desconocidos o de más difícil acceso.

En el barrio de Embajadores, cerca de Atocha, se encuentra el Palacio de Fernán Núñez, uno de los veinticuatro que recientemente la Comunidad de Madrid ha decidido abrir al público para su visita gratuita. Aquí nació la bisabuela de la Duquesa de Alba y la infanta Elena celebró una cena por su despedida de soltera. Hoy en día, y a partir de 2.000 euros, se alquilan sus salones por horas para eventos y rodajes.

En el barrio de Las Letras se oculta el Palacio de Santoña, un imponente inmueble barroco que compró un indiano rico y llenó de vida su mujer, 40 años más joven que él. El matrimonio no tuvo descendencia, y a la muerte del empresario, la viuda descubrió que no era la única heredera y se arruinó.

Con Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, el programa se adentrará en el palacete del Marqués de Argüeso, hoy en día residencia del embajador de Argentina, y en el de Zurbano, actual sede del Ministerio de Fomento y donde nació Fabiola de Mora y Aragón, la reina española de Bélgica. Más allá de estos usos, el palacio Bauer, en plena calle de San Bernardo, pasó de ser el hogar de una poderosa familia judía de banqueros, a la Escuela Superior de Canto de Madrid.

‘Mi cámara y yo’

Luis Vegas, Irene Falcón, Paloma López, Paz Llamas y Pablo Dorado, los reporteros de ‘Mi cámara y yo’, programa producido por El Torreón del Sol, recorren cada semana la Comunidad de Madrid con una minicámara, interfiriendo lo menos posible en el relato, para ofrecer la parte más desconocida y más cercana de la realidad, tratando siempre de ver las cosas desde otro ángulo, entrando con la cámara en la vida cotidiana de los espectadores.