El otro Prado

Debajo de los suelos del Museo del Prado viven miles de obras de arte que no suelen ver la luz

El subsuelo del Museo del Prado esconde numerosas obras que no ven la luz en un largo período de tiempo. Con 6.500 metros cuadrados de dimensión, el almacén de la pinacoteca madrileña es el más grande de España, guarda en unas condiciones explícitas los ejemplares que no están en exposición o se custodian por peligro a su deterioro. 

Helena Bernardo, técnico de gestión del servicio de registro de obras de arte del Prado, asegura que el valor de las piezas que descansan en estos almacenes es incalculable. "Cada día se mueven obras, pero aquí hay alrededor de 8.500, contando pinturas, esculturas, artes decorativas y fragmentos. Los dibujos y estampas se guardan en otra parte del almacén", indica. La importancia e interés que tienen es indefinible, ya que algunos ejemplares tienen muchísima antigüedad.

Cuando viajan, por donación o cesión, se les atribuye un valor de seguro que lo da el conservador del Museo, pero no corresponde, ni mucho menos, con su importe cultural. De hecho, en septiembre se aseguraron en un valor de 121,9 millones de euros 47 obras de la exposición 'Solo la Voluntad me sobra. Dibujos de Francisco de Goya', según publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Arriba y abajo: las dos caras del Prado

Desplaza de izquierda a derecha

Los almacenes, en 360º

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La Gioconda siempre llama la atención, incluso una copia como la que figura en el inventario del Museo del Prado. Un retrato anónimo que reproduce el famoso cuadro de Leonardo da Vinci procedente de la Colección Real. No se sabe cómo llegó a España, aunque ya aparece catalogado en 1666. Tras meses de estudio, limpieza y restauración, los conservadores del Museo descubrieron en 2012 que este cuadro se realizó en el propio taller de Leonardo, probablemente por un aprendiz, y al mismo tiempo que el autor pintaba la verdadera Gioconda 

La Mona Lisa de El Prado tiene mucho en común con la parisina, pero también varias diferencias; la factura y las cejas son más lineales, por ejemplo. Además, después de la restauración se confirmó que está mejor conservada que la original y actualmente está en la sala de exposición y se puede visitar.