Entrevista a José Manuel Jiménez Serna, alcalde de Lozoya

Entrevista a José Manuel Jiménez Serna, alcalde de Lozoya

Entrevista a José Manuel Jiménez Serna, alcalde de Lozoya.

Lozoya, proviene de Loza, oza, osa, que significa “pastizal” en la forma dialectal del vasco de Guipúzcoa. Los primeros pobladores del valle están datados, según los yacimientos arqueológicos, hace unos 100.000 años.

Muchos siglos después serían los Arévacos los que poblaron estos Montes Carpetanos, resistiéndose al dominio de las legiones romanas. Pero hasta el siglo XI no se puede considerar la fundación de LOZOHIA mediante una repoblación de tierra conquistada después de múltiples reyertas entre cristianos y musulmanes.

Este valle fue gestionado por la Sociedad de Quiñones dependiente del Concejo de Segovia, que obligaba a aquellos que se establecieran en ellas a fabricar casa y poseer caballo propio que valiera 200 maravedíes y sirviera para asir y portar lanza.

Estos quiñones de Lozoya son los antecedentes de los actuales municipios del valle. Los recursos naturales eran bienes comunales administrados por unidades administrativas menores: los sexmos.

Hasta el siglo XIX la zona vivía de la explotación de sus recursos naturales (aprovechamiento de los pinares, fabricación de carbón de roble y productos ganaderos) además de un pequeño sector industrial: fábrica de papel, caleras de caliza, diversos molinos harineros, batanes y telares de lino.

El fin de siglo atrajo la atención de los pedagogos de la Institución Libre de Enseñanza quienes empezaron a divulgar los encantos de estos rincones como recurso educativo y patrimonio para el ocio, y la conservación.

ENTORNO NATURAL

A tan sólo una hora de viaje desde Madrid, en el corazón de la Sierra de Guadarrama se encuentra el Valle de Lozoya, uno de los paisajes serranos más singulares de la Comunidad.

El valle se extiende a lo largo de casi 20 kilómetros en dirección suroeste-noreste, con una anchura variable, pequeña en sus extremos, máxima en el centro donde llega a alcanzar 5 km. Éste sería el único valle de la Sierra de Guadarrama que estrictamente merecería tal nombre: solo aquí se tiene la sensación de estar completamente rodeado de montañas que aíslan un espacio amable surcado por el río Lozoya, protagonista del paisaje

Pero no se trata de un valle labrado por la acción del río, sino de un valle tectónico donde los elementos del relieve se han movido como las teclas de un piano. El valle por donde discurre el río y se asientan los núcleos de población -la tecla hundida, fosa tectónica o graven- queda enmarcado por dos masas montañosas, los Montes Carpetanos al norte y la Cuerda Larga y sierra de Canencia al sur, teclas elevadas o horsts.

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