Intervienen 110 kilos de cocaína entre langostinos congelados

Intervienen 110 kilos de cocaína entre langostinos congelados

Una operación de las fuerzas de seguridad españolas y argentinas ha permitido la incautación de 110 kilos de cocaína ocultos entre langostinos congelados que tenían España como destino gracias a una empresa tapadera que en realidad se dedicaba a introducir droga procedente de Sudamérica.

La investigación se inició el pasado mes de junio cuando los agentes conocieron la existencia de un grupo organizado que se dedicaba a introducir importantes cantidades de cocaína en España procedente de Sudamérica.

La red la camuflaba la droga en transportes legales de pescados y mariscos congelados para evitar los controles policiales. Para ello, el 'modus operandi' era siempre el mismo, utilizaban una misma empresa situada en Argentina para empaquetar la droga junto con el marisco y en España habían creado una sociedad tapadera que se encargaba de recibir los envíos.

A primeros del mes de junio, las autoridades argentinas intervinieron en el puerto de La Plata (Argentina) un contenedor cargado con más de 100 kilos de cocaína escondida entre langostinos congelados. Este paquete, que tenía como destino final España, era enviado a nombre de una empresa tapadera que la trama utilizaba como destinataria para poder recibir en nuestro país la sustancia estupefaciente.

Tras esta aprehensión, la policía argentina comunicó a los investigadores españoles que otros seis contenedores, susceptibles de contener droga, se habían escapado al control policial de ese país. Estos envíos habían sido empaquetados en la misma empresa que el anterior y eran dirigidos al mismo destinatario, por lo que los agentes sospechaban que podrían contener sustancias estupefacientes. Estos paquetes fueron localizados poco después en Valencia, pero los registros revelaron que no contenían ningún tipo de droga.

Las investigaciones continuaron y averiguaron que en España se encontraban cuatro personas presuntamente implicadas en la trama, entre ellas el dueño y el testaferro de la empresa receptora de los contenedores. Estas personas habían creado una sociedad tapadera, con sede social en Fuenlabrada (Madrid), que no daba beneficio alguno, y la cual era la destinataria de los envíos de pescado en los que camuflaban la droga.

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