Frente al monasterio de la Encarnación se encuentra la estatua dedicada a Lope de Vega. Ya sabéis, el tipo que en tiempos de Felipe IV escribió miles de obras y al que le dio tiempo a ligarse a miles de mujeres. La estatua tiene una historia muy typical spanish, por decirlo de alguna manera. Debería estar lista para su inauguración en 1902, pero no llegaron a tiempo y tuvieron una idea: la hicieron de yeso. Con un par. ¿Qué ocurrió? Sí, un desastre. A las primeras lluvias primaverales la estatua se desencompuso.
Pero si esto os ha parecido increíble, esperad a leer la historia que guarda el monasterio que se sitúa detrás de la estatua. Dentro se encuentra la imagen de San Pantaleón. Este santo realiza uno de los milagros más sorprendentes del mundo. Cada 27 de julio, su sangre se licúa y muchos curiosos acuden a verla. ¿Cómo te quedas?
